A mí que soy Penélope…
A mí que soy Penélope, me pides paciencia
¿No sabes que el tiempo nace de mi pecho?
Y es del tiempo que me nutro y
Sus hebras me identifican y me
Arrullan
Pasan los días y las horas y yo crezco
Y me expando por los laberintos del tiempo
Y el tiempo que conozco es mi tiempo
Es mi obra y es mi vida
Lo demás, las ansiedades, las esperas
Y alborosos
Las tardanzas,
Las ideas y venidas son sólo nombres
Con que se viste el presente, el pasado y el futuro
Estamos en el tiempo por ser tiempo
Ser y estar signados por el tiempo
Es el destino de lo humano
Y no otra cosa: tiempo devenido en tiempo
Amor virtual
A mí que soy Penélope, me pides paciencia
¿No sabes que el tiempo nace de mi pecho?
Y es del tiempo que me nutro y
Sus hebras me identifican y me
Arrullan
Pasan los días y las horas y yo crezco
Y me expando por los laberintos del tiempo
Y el tiempo que conozco es mi tiempo
Es mi obra y es mi vida
Lo demás, las ansiedades, las esperas
Y alborosos
Las tardanzas,
Las ideas y venidas son sólo nombres
Con que se viste el presente, el pasado y el futuro
Estamos en el tiempo por ser tiempo
Ser y estar signados por el tiempo
Es el destino de lo humano
Y no otra cosa: tiempo devenido en tiempo
Amor virtual
¿Cómo será tenerte cerca
Sin miedos a mi lado?...
¿Cómo será el costado que me ofreces en
la cama?...
¿Como será, digo, eso de estar muy juntos
el aliento, los olores, y tu espalda?
Ando, te digo, como loca
justamente desde agosto.
Me pregunto porque sí,
no más por preguntarme,
¿cómo será tu voz,
de tus ojos el color,
y todas esas cosas tontas?...
Qué importa el tiempo
cuando recorren temblores
las entrañas, cuando
hasta el cuerpo se desarma
en entrega blanda...
Qué importa el tiempo de la edad,
la edad del tiempo,
cuando te nace de a poco
un nombre, y sin haberlo querido
ese nombre se te fija en recodo...
¿Cómo será tu voz?
repito, me la imagino grave...
¿cómo será tu gesto?
el que no conozco
y adivino suave,
¿cómo serás, aparte de cómo yo te pienso?
¿cómo serás? ...
Tampoco sé si quiero conocerte mejor,
mitad virtual y mitad la que yo invento;
con eso me basta para habitarme poeta,
decirte que te amo y gozarme en amor
Esa mujer esconde algo
Esa mujer esconde algo.
Esconde una niña asustada
Esa mujer no anda con alcuzas
en sus manos...
Sólo lleva un temor infantil
Enredado en su vida
De muy pocos años
Un temor que no puede nombrar
Porque nadie le creería.
Camina por la playa de su vida
Sobre los duros guijarros
Convencida de que los atentados
A la infancia nadie los paga.
Son crímenes oscuros
Crímenes terribles
Que nacen entre lazos familiares
Evidencias sonoras recorren los rincones.
Silencios que aturden,
Se murmuran, se posponen,
Se ocultan y se callan.
¿Qué adulto se hará cargo?
¿Quién echará sobre sus hombros
la grave gravidez de la gris culpa?
Esa mujer camina con la niña,
La estrecha entre sus brazos,
Le besa sus ojitos,
Le acaricia las mejillas.
Nadie podrá, aunque pasen los años,
Separarla de su lado.
Es su sombra y el presente.
La memoria sin olvido.
Una letra escarlata no visible
Que nadie bordó en su vestido.
Martha Alicia Lombardelli. Filósofa, investigadora y escritora. Cuando tenía seis años empecé a escribir sobre todo lo que constituía mi mundo infantil.
Luego, sobre mis grandes amores de la adolescencia y juventud; la amistad, los sueños, las esperanzas, los proyectos.
Egresada de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata - Argentina, comprendí que mi mundo, el mundo en general, era algo que nos marcaba y a su vez, era materia objeto de mi praxis.
Me convertí en una grafomaníaca crónica,… ensayos, cuentos, poemas, narraciones…
http://lombardellimarthalicia.blogspot.com/
Esa mujer esconde algo
Esa mujer esconde algo.
Esconde una niña asustada
Esa mujer no anda con alcuzas
en sus manos...
Sólo lleva un temor infantil
Enredado en su vida
De muy pocos años
Un temor que no puede nombrar
Porque nadie le creería.
Camina por la playa de su vida
Sobre los duros guijarros
Convencida de que los atentados
A la infancia nadie los paga.
Son crímenes oscuros
Crímenes terribles
Que nacen entre lazos familiares
Evidencias sonoras recorren los rincones.
Silencios que aturden,
Se murmuran, se posponen,
Se ocultan y se callan.
¿Qué adulto se hará cargo?
¿Quién echará sobre sus hombros
la grave gravidez de la gris culpa?
Esa mujer camina con la niña,
La estrecha entre sus brazos,
Le besa sus ojitos,
Le acaricia las mejillas.
Nadie podrá, aunque pasen los años,
Separarla de su lado.
Es su sombra y el presente.
La memoria sin olvido.
Una letra escarlata no visible
Que nadie bordó en su vestido.
Martha Alicia Lombardelli. Filósofa, investigadora y escritora. Cuando tenía seis años empecé a escribir sobre todo lo que constituía mi mundo infantil.
Luego, sobre mis grandes amores de la adolescencia y juventud; la amistad, los sueños, las esperanzas, los proyectos.
Egresada de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata - Argentina, comprendí que mi mundo, el mundo en general, era algo que nos marcaba y a su vez, era materia objeto de mi praxis.
Me convertí en una grafomaníaca crónica,… ensayos, cuentos, poemas, narraciones…
http://lombardellimarthalicia.blogspot.com/
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