Te llamas belleza
en la bruma
rosas mi cuerpo
frágil y tierno
atraviesas dulce y suave
y mi corazón
solamente habla de ti.
Me miro en tu nombre / recorro tu edad / tus lugares / bajo el signo de la noche / perforas mis ganas de amar / los besos / los lugares / las sombras / el pasado triste de tus ojos / me miro en tu mirada / en tu sensualidad / en tu soledad / en tus amaneceres / en tu oquedad/ me miro en lo que muere / en lo que te atrae / porque besar tu piel / es lo que me tiene prendido / a tu felicidad ajena.
A: Maria Antonia
Digo tu nombre Maria Antonia
de perdonable silencio aprisionado
insulto la vida que acaricia
el breve viento abandonado.
Consumido amor desolado
ave de luz en calida caricia
caigo bajo tu cuerpo desnudo
y me rindo a este rito que inicia.
De tu esbeltez, limpia y crecida
semilla que nace sembraremos
en esta tierra habida de vida.
Y a este invisible sueño prenderemos
al grito de esta tierra conmovida
a este beso de paz que sostenemos.
EN LA CAMA, EN TU CUERPO HAY UNA BRASA MIA
En la cama, en tu cuerpo hay una brasa mía
tu soledad ansia, mi ternura
la música tiene notas que la pasión apura
en besos que tu amor abría.
Sueño esperado. divinidad que traía
en un secreto viento de mil hábitos de holgura
grito y voz, invalidez tesitura
amor de paz, tu mundo se extendía.
Cuando tus manos abrasen mi camino
cuando tus dedos busquen mi destino
no habrá esperanza entre rosas.
Y seamos silencio, un puño de emociones
al besar tus labios, huracanes de pasiones
luz y sombra de pequeñas cosas.
VIVO EN UNA PRADERA
Vivo en una pradera llena de esperanza
donde las rosas muestran sus colores,
donde el candor se mezcla con mis dolores
y donde brotan lagrimas de perlas finas.
Vivo en un pequeño mundo de azahares
cubierto de engañosos linajes,
donde abundan crueles paisajes,
donde derramo mis horribles pesares.
Vivo pensando en mis perdidos amores,
en esos que pasaron por mi vida
dejando en ella, cual surco, terribles heridas,
y aún después de los años siento los dolores.
Vivo pensando en mi pasado,
aquel que pasó de prisa,
que yéndose cual brisa,
dejo sin vida mi corazón enamorado.
Alfredo Nicolás Lorenzo, Camaguey (1964). Poeta, practica la narrativa y el ensayo. Es fundador de la revista Proposiciones de la desaparecida Fundación Pablo Milanes, ha colaborado en Alforja Poesía y La Voz de Coahuila (México). Actualmente se desempeña como docente, promotor cultural y coordinador de talleres. Es miembro del Taller Literario de la Fundación Nicolás Guillén; aparece en la Antología Sonetos de Amor y otros poemas, (Universidad Autónoma de Coahuila, México (2003) y también en la Revista Hispanoamericana de Literatura del Perú. Ha participado con relativo éxito en concursos internos universitarios de poesía; ha publicado también numerosos ensayos, artículos y material periodístico en su corta carrera literaria.