miércoles, 6 de mayo de 2009

Poemas de Carlos Alberto Bueno Mattos

SANGRE DE ROCAS

Tal vez solo querré a una mujer que tenga
quebradas y montañas y
amaneceres con niebla
dentro, muy dentro de sus ojos
que mire con esa garúa que riega los pulmones
y palmea la cara tan fríamente;
que abrace con musgo en las manos
duro y sincero
como las rocas del Apurimac
que huela a chacras de maíz
en febrero;
que sea alegre como el campo
después de la lluvia;
que me quiera como me quieren los fogones
en las noches frías
que conozca como yo;
el sabor de los piojos y la pobreza;
el llanto de las piedras y el viento
y el dolor de no cosechar lo sembrado


CURVAS EN CRUZ

Cuando languidece la tarde
y es tragada por su propio vientre
cuando los perfiles se difunden en el vacío
emana de mis ojos la noche,
viscosa y salada,
cortando mejillas,
destrozando sentidos,
eructando silencios y sombras
yo solo conmigo mismo,
pienso
tu sobre tu tierra
también te oprimen las Sombras?
también muerden tus sienes?
aun me guardas tus tardes y tus ojos?
pero no, que iluso he sido,
si las tardes mueren solo una vez,
y yo estoy hecho de sombras


CON LAS RAMAS AL VACIO

Han crecido sauces en mi pecho
y
sus
ramas
cuelgan
en las profundas quebradas de mi alma
sauces llorones sin flor
porque donde moran mis tardes
nunca ha llovido


NAVEGANTE DE LAS VEREDAS

Desde que me se
hospedero habitual del recuerdo
caminante sin camino
vestido de una pena antigua
solitario fumador de los cafetines anónimos
a la espera del pasado
al cotidiano reencuentro con los rostros desconocidos
a la unánime convocatoria de los sueños imposibles
perfectamente asimilado
a la resolución
de los barrancos sobre el río Apurimac
con los ojos colgados
de las puertas de entrada
a la espera de la lluvia
de las manos dormidas
de los febreros verdes

Único habitante de mi lecho
desde que me se
no me conozco



Carlos Alberto Bueno Mattos. El año 50 nací en Abancay, me amamantaron las rocas del río Apurimac. Promoción 71 de San Marcos, activista de círculos políticos, miembro de grupos poéticos, comensal endémico del comedor de San Fernando y finalmente Medico Veterinario
Hoy con mi cascaron ya rajado quiero compartir los poemas que guardo bajo mi almohada

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